Me dirijo a
este foro, porque creo haber causado cierta agitación. Yo soy Juan Moreno,
autor de esa durísima crítica publicada la semana pasada en el semanal alemán
DER SPIEGEL.
Me gustaría
aclarar dos cosas: No pienso pedir perdón por lo que he escrito. Ni por una
sola palabra. Todo lo que sostengo en dicho – muchos dirán dichoso - artículo
es mi opinión. Cada frase, cada palabra, todo.
Tal y como escribo en el artículo, es verdad
que no aguanto más. Vivo en Alemania, trabajo para el semanal más grande del
país y para la emisora estatal de radio. Llevo en mis notas, comentarios,
ensayos, reportajes, apariencias en tertulias televisivas muchos años
defendiendo a España. Siempre he estado tratando de borrar esos tópicos, esos prejuicios
que todo el mundo en Alemania conoce. El español es vago, le gusta la fiesta
más que el esfuerzo, si le preguntan - con o sin IVA – está claro por qué
optará. Siempre he pensado y sigo creyendo que hay muchos, muchísimo españoles
muy honrados. Hasta hoy estoy convencido que es así – pero me he cansado.
No aguanto
más leer que casi el 60 por ciento de los jóvenes estén parados. No aguanto más
que la crisis comprometa la prevención del cáncer. No aguanto más ver cómo
afecta el copago sanitario a los jubilados. No aguanto más saber de familiares
que me dicen „nos gustaría tener un hijo, pero como está la cosa no puede ser“.
No aguanto que haya alcaldes – y muchos – que para ganar elecciones prometían y
prometen polideportivos, teatros municipales, salas de congresos. Y no alcaldes
que digan: „Mira, si me votáis, no habrá fiesta este año – y no me gastaré un
duro en los Hombres G. Pero juro que en cada escuela del pueblo habrá dos
profesores más. “No aguanto más oír a políticos decir que los jóvenes se van a
Alemania por impulso aventurero. Yo vivo en Berlín y veo días tras días a
jóvenes andaluces, gallegos, catalanes sirviéndome en bares y restaurantes,
porque a pesar de haber acabado su formación o su carrera - con su esfuerzo
descomunal y el de sus padres - su país España no les da un futuro. No aguanto
más leer que aun se están gastando casi 100 000 Euros en un halconero en el
Aeropuerto de Castellón, para espantar aves de un aeropuerto que a pesar de
haberle costado 150 Millones de euros al ciudadano, jamás a visto aterrizar un
avión. No aguanto que el discurso político, periodístico y social en España se
reduce a un „tú más“y „tu peor“o como dice Antonio Muñoz Molina: „Las opiniones
en España no sirven para animar una discusión, sino para volverla imposible. “
No aguanto las constantes tramas de corrupción actual. No aguanto ver como se
ha quedado Terreros. Por el amor de dios. Terreros tiene 807 habitantes y en el
Plan General de Ordenación Urbanística de Pulpí se preveía la construcción de
4782 viviendas. Hace poco realice un documental en Valencia. Una ciudad que
tiene ópera, un Museo de Ciencia, Circuito de Fórmula Uno, instalaciones
navales para el Admirals Cup – y alumnos asistiendo a clases en barracones de
hojalata por falta de fondos. Pregunto - ¿cómo defiendo a España en una de esas
tertulias a las que me invitan a menudo en Alemania?
El artículo
que he escrito fue el producto de una llamada. El director me preguntó si
quería escribir sobre España. Le conteste: „Estoy hasta la narices. Por esto,
por esto y por esto. “
„Escríbelo“,
fue la respuesta. Toda la indignación, la rabia, todo lo que llevaba dentro
entró en este artículo. Escribí un primer artículo similar - también crítico -
hace poco más de un año. Sus últimas frases son: „El camino es tedioso y bien
conocido. Comienza con la educación, la investigación y el fomento de las
empresas. Los españoles pueden hacerlo. Esta gente, mi gente, son un pueblo
estupendo. Se dejaron seducir por el boom inmobiliario, el dinero barato y la
euforia, no porque sean malos o perezosos, sino porque son personas. “
Siempre he
defendido a España. Y lo seguiré haciendo. Uno no quiere a su patria, porque es
buena, sino porque es suya. Pero en ese momento estallé. ¿Me he pasado? Sí,
seguramente, pero no me disculpo. Intentaré ser coherente cuando la próxima vez
me pregunten "con o sin IVA."
Menciono al
inicio que me gustaría aclarar dos cosas. Dicho que no disculparé por lo que he
escrito, si me disculpo por lo que he causado. Le agradezco al alcalde de Huércal-Overa
sus palabras. Dice que no quiere entrar „en polémicas“. Yo tampoco. Pero por lo
que sí quiero decir es: si alguien se ha sentido ofendido, lo siento. Yo en mi
artículo no menciono ni una invitación oficial por parte del ayuntamiento de
Huércal-Overa, ni menciono al ayuntamiento de Huercal-Overa, ni menciono
Huércal-Overa. Las dos palabras Huércal-Overa no aparecen en mi artículo. Es
fácil de comprobar, no hace falta hablar alemán para eso.
Un periódico
español público esa información equivocada. Se dieron cuenta de su error, lo
corrigieron como se puede comprobar desde ya unos días en su página web y me
han pedido disculpas.
Hay unas
cuantas cosas más que jamás he escrito y que ahora se comentan. Lo dicho: No
voy a entrar en polémicas, pero si dejar claro que no era mi intención indignar
a ningún pueblo. Menos al pueblo que ha acogido a mis padres – después de 30
años en el extranjero. Un pueblo que mis padres llaman su casa. Que siempre se
ha portado bien con ellos. Ayer me decían: „La gente aquí está muy enfadada
contigo y te llaman de todo, pero con nosotros todos se han portado de modo
ejemplar. A ninguno de nosotros se le ha faltado el respeto. No te preocupes. “
Sin más, con
un cordial saludo.
Juan
Moreno