sábado, 23 de junio de 2012

Dos años de cárcel para un conductor ebrio que provocó un accidente de tráfico mortal en Garrucha


ALMERÍA, 23 Jun. (EUROPA PRESS) -
   La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a dos años de prisión a un hombre que, en agosto de 2007, provocó ebrio un accidente mortal en una carretera provincial a la altura del término municipal de Garrucha. En el siniestro falleció la conductora del coche contra el que impactó el turismo del acusado, que, en los test de alcoholemia, arrojó una tasa de 0,53 mg/l de alcohol por litro de aire expirado.
   La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, rechaza el recurso de apelación de la defensa y confirma la pena de prisión y suspensión del carné de conducir por seis años, que, según resalta el tribunal, es "sin duda benévola con el acusado" ya que le aplica la mitad inferior de las penas previstas en el anterior Código Penal para el delito de homicidio imprudente en concurso con un delito contra la seguridad del tráfico y que llegaba a cuatro años en el momento de los hechos.
   El accidente se registró el 12 de agosto de 2007 en el kilómetro 30,1 de la carretera AL-5105, en el término municipal de Garrucha, y en las inmediaciones del recinto donde se había celebrado el festival de música electrónica Creamfields. Según recoge el fallo, el acusado circulaba por la vía a las 08,45 horas después de haber ingerido "tal cantidad de alcohol que tenía sus facultades psicofísicas inhabilitadas para practicar el normal desarrollo de la conducción, con el consiguiente peligro --añade-- para la seguridad del tráfico".
   Esta ingesta de alcohol provocó que el joven perdiese el control del vehículo, que invadió el carril contrario y colisionó frontalangularmente con el turismo que conducía la víctima, quien falleció a consecuencia de politraumatismos y shock hipovolémico. En el accidente, resultaron heridas de levedad otras dos personas, ocupantes de un tercer coche que se vio implicado en el accidente.
   El atestado de la Guardia Civil recoge que el acusado presentaba "síntomas evidentes" de encontrarse bajo los efectos de bebidas alcohólicas ya que sus ropas olían a alcohol, tenía los ojos brillantes, las pupilas dilatadas, halitosis alcohólica "notoria a distancia" al tiempo que profería frases repetitivas y era "incapaz" de mantenerse "erguido". En las pruebas de detección alcohólica dio un resultado de 0,53 mg/l de alcohol por litro de aire expirado.